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martes, 20 de enero de 2015

Acepta la voluntad de Dios

No pongas signo de interrogación donde Dios puso punto final.

Cuando compramos algún producto que requiere de instrucciones confiamos plenamente y no las cuestionamos, pues quien mejor para explicarnos como funciona que el mismo inventor de ese producto, por lo que seguimos sus indicaciones sin preguntar ¿Porqué presionar un botón? ¿Porqué manejarlo de determinada manera y bajo ciertas condiciones? Como resultado, el producto funciona de manera correcta y de no hacerlo tenemos una garantía que podemos hacer valida.

Lo mismo debe pasar en nuestra vida cuando llegamos Cristo, es decir, debemos seguir sus indicaciones sin cuestionarlas, dejándonos guiar por su espíritu y como resultado obtendremos resultados positivos (Romanos 8:2-6) no está mal hacer planes en nuestra vida, el problema radica cuando queremos vivir según nuestros lineamientos, obteniendo los resultados que nosotros deseamos, que a veces rayan en lo absurdo y no siempre están dentro de la voluntad de Dios, de los propósitos que tiene para nuestra vida y al no verlos realizados comenzamos a cuestionar.

En la biblia podemos ver muchos ejemplos de cómo al hacer nuestra voluntad y no lo que Dios quiere para nosotros, en el mejor de los casos, podemos tener éxitos momentáneos. En Éxodo 34:11-16 Dios ordena que no hagan alianza con los pueblos que les entregaría para que no los hicieran tropezar (PUNTO FINAL), sin embargo deciden hacerlos tributarios (Jueces 1:27-29) ¿Porqué no obtener un beneficio? (SIGNO DE INTERROGACIÓN) el resultado final de esta historia es la tristeza (Jueces 2:1-5).

Dios nos creo y tiene un propósito en nuestra vida. Las cosas buenas o malas no se ven de la misma forma en la tierra que en el cielo. Él sabe en qué condiciones maduran y crecen nuestras almas, cuáles son las mejores cosas para combatir nuestras debilidades, los pasos a seguir para evitar los obstáculos que el enemigo pone en nuestro camino. Pero sobre todo, sabe cómo deben ser purificadas y transformadas nuestras almas para poder estar en su presencia un día.

Muchas veces no es fácil aceptar la voluntad de Dios, como cuando nos enfrentamos a la pérdida de un ser querido (PUNTO FINAL) y vivimos cuestionando el ¿Porqué? (SIGNO DE INTERROGACIÓN) reviviendo el momento sin dejar que Dios sane la herida, si bien es natural que nos duela la pérdida de un ser amado, cuanto más tardemos en aceptarlo, más tardara en sanar la herida.

El mismo Jesús, en el monte de los olivos, dijo: “Padre, aparta de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lucas 22:42). Es decir las circunstancias de la vida a veces son dolorosas y sufrimos, pero con DIOS en nuestras vidas y aceptando su voluntad, tienen un fin maravilloso. Jesús aunque estaba sufriendo dejo que se hiciera la voluntad de Dios y salvo al mundo, siguió avanzando enfocándose en el propósito que tenia y Dios envió un ángel para fortalecerlo (Lucas 22:43).

Si hemos aceptado a Dios en nuestros corazones, es porque fuimos llamados conforme a su propósito, Él ya nos justificó y glorificó, así que todo lo que sucede en nuestras vidas es para bien. (Romanos 8:28-30).

No pierdas el tiempo cuestionando la voluntad de Dios, deja que se haga su voluntad, sigue avanzando y enfócate en el propósito que Él tiene para tu vida que siempre será bueno (PUNTO FINAL).

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