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miércoles, 28 de enero de 2015

Convierte las épocas difíciles, en días de bendición.

Cuando no todo es color de rosa, permite que el poder de Dios se muestre y fortalécete en la debilidad.
¿Estás atravesando por dificultades en tu vida? ¿No todo es color de rosa? La palabra de Dios nos advierte en Juan 16:33 que en el mundo tendremos aflicciones, Mateo 6:33 dice que cada día ya trae ciertas dificultades, el desierto de Éxodo, o que te parecen los valles de sombra del Salmo 23 y podríamos seguir citando más, sin embargo estos mismos versículos tienen un final maravilloso, nos invitan a confiar en Dios para tener paz, nos confirman que Dios ya sabe lo que necesitamos y nos la dará, que Él nos da aliento para continuar.

Hay que aprender a convertir las épocas difíciles, en días de bendiciones, dejarnos abrazar por Dios. Si de momento la situación por la que estas atravesando es muy difícil, si caminas por la calle sin rumbo fijo, arrastrando los pies, te sientes débil y abatido, no sabes cómo salir de tus problemas, que te parece si dejas de sentirte autosuficiente, si comprendes que estas mejor en las manos de Dios que en las tuyas y te conviertes en un candidato perfecto para que la gloria de Dios se manifieste en tu vida, ahora que tu carne esta débil recurre a Dios con un espíritu fuerte y veras como el poder de Dios se perfecciona en la debilidad, entonces podrás afirmar como el Apóstol Pablo “Cuando soy débil entonces soy fuerte” (2ª de Corintios 12:9-10).

¿Te sientes débil? Ríndete ante Dios, Él te fortalecerá.
¿Tienes ganas de llorar? Llora, Dios te consolará.
¿Necesitas que se haga justicia? Ponte en las manos de Dios, El saldrá en tu defensa.
¿Has cometido errores y te sientes culpable? Reconoce a Jesús como tu salvador, Él te perdonará

Lo único que necesitas es que no se te acaben las fuerzas para seguir creyendo en Dios, para seguir orando ¡¡¡No te des por vencido!!! Dios se acuerda de ti, no importa que tan largo sea el camino, no importa que tan imposible parezca lo que deseas lograr, Dios puede cambiar todo a tu favor, convertir tus dificultades en bendiciones, porque Dios es misericordioso y tiene grandiosas promesas para tu vida en todos los aspectos.

Recuerda que se te ha dado una misión, un destino que cumplir. Dios no te ha olvidado, te tiene grabado en la palma de su mano (Isaías 49:16) y cuando creas que todo esta fallando, no te preocupes Dios está contigo y sí crees que Él te ayudará y sustentará, entonces nada podrá obstaculizar tu progreso. Cuando no todo sea color de rosa recuerda que Dios esta de tu lado, hay una frase muy famosa que seguro conoces y que tomará más sentido en tu vida agregándole unas palabras “Dios es mi fortaleza, Hakuna Matata”.


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miércoles, 21 de enero de 2015

Cuando la fe en Dios te fortalece.

La fe es el fin de nuestros recursos y el principio de los recursos de Dios


La Fe es la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad u opinión. También puede definirse como la creencia que no está sustentada en pruebas, además de la seguridad producida por una promesa, o dicho de otra manera y con sustento bíblico (Hebreos 11:1) La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hasta este punto hablamos de una fe teórica, es decir entendemos que es la fe, pero ¿Cuál es la fe que a Dios agrada? Y que además es necesaria para poder creer que Dios existe.

La fe no solo es aceptar una verdad con el entendimiento, sino también con el corazón. Es el compromiso de nuestra persona con Dios en una relación de intimidad que lleva consigo exigencias a las que ninguna ideología será capaz de llegar. Para que se dé fe en Dios auténtica y madura hay que pasar del frio concepto al calor del decidido compromiso. Una fe en Dios así es la que da fuerza y eficacia a una vida en Dios renovada. Tener fe en Dios lleva consigo un estilo de vida.

En Hebreos 11:6 queda claro que sin una fe madura en entendimiento y en acciones es imposible agradar a Dios, es necesaria una fe en Dios que aunque no lo vemos sabemos que existe y que se manifestará premiando a los que lo buscan con esta fe. Si leemos todo este capítulo de Hebreos vemos muchos ejemplos de fe auténtica (Abraham, Noé, Moisés, etc.)


Muchas veces somos invitados a fortalecer nuestra fe en Dios, cuando nos encontramos abatidos en la oscuridad. Periodos en los que nuestras referencias desaparecen y no encontramos ni una señal en el camino, ni un sol en nuestro día ni una estrella en nuestra noche. Es ahí donde templamos nuestra verdadera fe en Dios, cuando seguimos avanzando confiando, fortaleciendo nuestra fe, es donde podemos ver claramente como Él se manifiesta y podremos ver que Dios es verdadero y que al final del camino nos premiará nos entregará un galardón ¡Te imaginas! ¡Recibir un galardón de Dios!

Sobre todo, hay que tomar el escudo de la fe, con el que podemos apagar todos los dardos del maligno (Efesios6:16), dando sentido a la FE como un artículo de la armadura, pues esta sirve para luchar; para salir adelante, para no parar, para que por encima de toda duda y preocupaciones saber que Dios nunca nos abandona. ¡Anímate! ¡Esfuérzate! Y ten fe en Dios; no temas ni desmayes porque Dios está contigo.

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martes, 20 de enero de 2015

Acepta la voluntad de Dios

No pongas signo de interrogación donde Dios puso punto final.

Cuando compramos algún producto que requiere de instrucciones confiamos plenamente y no las cuestionamos, pues quien mejor para explicarnos como funciona que el mismo inventor de ese producto, por lo que seguimos sus indicaciones sin preguntar ¿Porqué presionar un botón? ¿Porqué manejarlo de determinada manera y bajo ciertas condiciones? Como resultado, el producto funciona de manera correcta y de no hacerlo tenemos una garantía que podemos hacer valida.

Lo mismo debe pasar en nuestra vida cuando llegamos Cristo, es decir, debemos seguir sus indicaciones sin cuestionarlas, dejándonos guiar por su espíritu y como resultado obtendremos resultados positivos (Romanos 8:2-6) no está mal hacer planes en nuestra vida, el problema radica cuando queremos vivir según nuestros lineamientos, obteniendo los resultados que nosotros deseamos, que a veces rayan en lo absurdo y no siempre están dentro de la voluntad de Dios, de los propósitos que tiene para nuestra vida y al no verlos realizados comenzamos a cuestionar.

En la biblia podemos ver muchos ejemplos de cómo al hacer nuestra voluntad y no lo que Dios quiere para nosotros, en el mejor de los casos, podemos tener éxitos momentáneos. En Éxodo 34:11-16 Dios ordena que no hagan alianza con los pueblos que les entregaría para que no los hicieran tropezar (PUNTO FINAL), sin embargo deciden hacerlos tributarios (Jueces 1:27-29) ¿Porqué no obtener un beneficio? (SIGNO DE INTERROGACIÓN) el resultado final de esta historia es la tristeza (Jueces 2:1-5).

Dios nos creo y tiene un propósito en nuestra vida. Las cosas buenas o malas no se ven de la misma forma en la tierra que en el cielo. Él sabe en qué condiciones maduran y crecen nuestras almas, cuáles son las mejores cosas para combatir nuestras debilidades, los pasos a seguir para evitar los obstáculos que el enemigo pone en nuestro camino. Pero sobre todo, sabe cómo deben ser purificadas y transformadas nuestras almas para poder estar en su presencia un día.

Muchas veces no es fácil aceptar la voluntad de Dios, como cuando nos enfrentamos a la pérdida de un ser querido (PUNTO FINAL) y vivimos cuestionando el ¿Porqué? (SIGNO DE INTERROGACIÓN) reviviendo el momento sin dejar que Dios sane la herida, si bien es natural que nos duela la pérdida de un ser amado, cuanto más tardemos en aceptarlo, más tardara en sanar la herida.

El mismo Jesús, en el monte de los olivos, dijo: “Padre, aparta de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lucas 22:42). Es decir las circunstancias de la vida a veces son dolorosas y sufrimos, pero con DIOS en nuestras vidas y aceptando su voluntad, tienen un fin maravilloso. Jesús aunque estaba sufriendo dejo que se hiciera la voluntad de Dios y salvo al mundo, siguió avanzando enfocándose en el propósito que tenia y Dios envió un ángel para fortalecerlo (Lucas 22:43).

Si hemos aceptado a Dios en nuestros corazones, es porque fuimos llamados conforme a su propósito, Él ya nos justificó y glorificó, así que todo lo que sucede en nuestras vidas es para bien. (Romanos 8:28-30).

No pierdas el tiempo cuestionando la voluntad de Dios, deja que se haga su voluntad, sigue avanzando y enfócate en el propósito que Él tiene para tu vida que siempre será bueno (PUNTO FINAL).

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miércoles, 14 de enero de 2015

Nuestros brazos son los brazos de DIOS


Una imposición de manos poderosa, es poner nuestras manos sobre un hombro desvalido.


Muchas veces los mensajes más poderosos no se transmiten desde la altura de un púlpito sino desde el calor de la proximidad, son discursos sin palabras. Cuantas veces vemos a personas afligidas, en necesidad y nos negamos, o peor aún, ni siquiera pensamos en aproximarnos para solo abrazarlos, negándonos la gran bendición de ser los brazos de DIOS aplicando consuelo.

Uno de los mandamientos principales es el de amar a nuestro prójimo. Mientras Jesús estuvo en la tierra, un hombre le preguntó: ¿Cuál es el gran mandamiento de la ley? Y Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. “De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas” (Mateo 22:36–40).

Dios nos invita en Romanos 12:10-21 a amarnos los unos a los otros, practicando la hospitalidad, bendiciendo a nuestros semejantes, alegrarnos con los que están alegres y apoyando a los que lloran, no dejándonos vencer por lo malo, venciendo con el bien al mal. Los demás mandamientos se resumen en amar al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor (Romanos 13:8-10).

No olvidemos que estamos hablando de vidas y que con nuestro comportamiento podemos afectar su presente y hasta su eternidad, por lo que no cabe la indiferencia ni la desidia, cuando de ayudar a quien nos necesita se trata, no te pierdas la gran oportunidad de cumplir con la ley de Cristo (Gálatas 6:2).

Ayudemos a quien nos necesita.

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Cristo nos fortalece

No temas luchar. No naciste para fracasar. Recuerda que eres vencedor.


El ser humano fue creado por DIOS y una de las características primordiales en su creación fue la de ser vencedor (creado para señorear Génesis 1:26-28). Es la naturaleza de DIOS en nosotros, basta que nos sometamos a sus principios, pues los vencedores asumen compromisos en lo que hacen, dejando atrás esquemas derrotistas y teniendo por objetivo ser los mejores en todo.
Si queremos ser vencedores asumamos el compromiso de seguir los mandamientos de Dios, haciendo lo que es justo y bueno ante sus ojos y aprendamos a vivir toda clase de circunstancias buenas o malas, siempre hacia adelante con la firme confianza de que Cristo es nuestra fuerza.
Los vencedores no se agobian por los problemas, siempre buscan superarlos y tomados de la mano de DIOS tendremos la victoria ante cualquier circunstancia.

Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

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Dios concede las peticiones de tu corazón


Siembra tus sueños en la fértil confianza en Dios, riégalos con oraciones y con agua de esperanza


Debemos aprender a confiar en Dios y saber que Él tiene el control de nuestras vidas. La obra de Dios es por medio de la fe que nos da la confianza de que somos hijos de un DIOS vivo. Como no vamos a creer en Él, si cada día nos regala vida y salud.

Si no vivimos una vida agradable ante los ojos de DIOS, demostramos que no confiamos en Él y en su palabra. Encomendar a DIOS nuestro camino es muy importante y una vez que ponemos en sus manos nuestros deseos e ilusiones, debemos orar para que nos prepare para recibir las bendiciones que pedimos y nos de sabiduría para mantenernos en su camino.

Esperar con paciencia el tiempo de DIOS. Él nunca nos va a dejar solos si aprendemos a confiar guardando sus mandamientos. Si nos dice espera es porque quiere enseñarnos algo antes de obtener lo que pedimos. Él quiere darnos lo mejor si confiamos  y seguimos sus mandamientos.


Salmo 37:3-5 Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.

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