Una de las fuentes más importantes de
energía y más conocida es la luz. La luz penetra y disuelve la oscuridad,
también sostiene vida en la tierra, sin ella toda criatura viviente no podría
sobrevivir. La Luz no es solamente lo opuesto de las tinieblas, sino que
también lucha contra ellas, sin la luz; es fácil caerse o pegarse, hay peligro
en el camino, hay un sentir de inseguridad. En la creación del Génesis Dios
crea la luz para señorear y la pone en lo alto para alumbrar a la tierra.
Entendiendo la importancia de lo que es la
luz podremos entender en sentido mucho más amplio todo lo que significa la Luz
y sus alcances en un sentido bíblico y como ¡Dios mismo! Salmo 27:1 Jehová es
mi Luz y mi salvación ¿De quién temeré? Dios es la Luz y en Él todo sale a la
Luz. Simboliza la perfecta pureza y santidad de Dios, la palabra de Dios es la Luz
que nos guía, nos muestra el camino y nos señala la ruta a seguir. Lámpara es a
mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino (Salmo 119:105).
En el plan de Dios Jesús vino a dar vida, y
la vida era la luz de los hombres (Juan 1:4); solo Cristo es la Luz del mundo y
en Él hay salvación. En Juan 8:12 Jesús dice: Yo soy la Luz del mundo; el que
me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida. Jesús nos
enseña que es la luz y que donde Él esta no hay
oscuridad, entonces cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón asumimos
también una gran responsabilidad en nuestra forma de vivir, no es una mejor
manera de vivir, es la única. Es llevar a cabo un estilo de vida que complazca
a Dios. Mateo 5:14-16, dice: Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone
debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en
casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos.
Nuestra conducta debe ser más que un compromiso u obligación, por agradecimiento y amor a Dios, como una luz
que ilumina y con eso demostramos nuestra obediencia a Dios, hacer buenas
acciones, para que la gente glorifique a
Dios. Nos encontramos en una época de oscuridad, en donde la pérdida de valores
es la constante en nuestra sociedad. Donde los hijos de Dios debemos reflejar
la luz de Cristo, debemos brillar, en todo lo que hacemos y decimos; y en
general en nuestro comportamiento cotidiano, no estar escondidos, de que sirve tener luz sino dejamos
ver su brillo, y más allá de un compromiso no te gustaría que tu actitud brille
para Dios, que sea agradable para todas las personas que quieran esa luz que
emana de ti, que contagies a los demás, ser amables con los que están a nuestro
alrededor como testimonio para el Señor, hay que cuidar nuestro trato con todos
para ser lámparas, brilla en el lugar donde hoy te encuentras con una buena
actitud.
Él nos llama a ser reflectores al mundo, transmitiendo
a través de nuestras vidas la verdadera luz del Eterno Hijo de Dios, es nuestro
deber el resplandecer para que todos los hombres vean la Gloria de Jesús y que
la vida que vives sea una lámpara a los pies de otros. Porque así nos ha
mandado el Señor diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que
seas para salvación hasta lo último de la tierra. (Hechos 13:47). Te has
preguntado si eres una luz resplandeciente reflejando la Luz de Dios en tu
vida, si los hombres ven en ti la Luz de Dios.
Busca lo que glorifique a Dios, sé una
influencia positiva para los que están a tu alrededor, encárgate de que la luz
que hay en ti disuelva la oscuridad y como lo menciona la biblia en Daniel 12:3
llegues a resplandecer como el firmamento y seas como la luz de las estrellas
para multitudes. Y Efesios 5:8 nos recuerda que en otro tiempo fuimos
tinieblas, mas ahora somos luz en el Señor; andad como Hijos de Luz.
Y podemos seguir, sin embargo la palabra de Dios es tan clara en este tema
que mejor te dejamos unos textos para que reflexiones en ellos.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el
que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo (2 corintios 4:6).
Nos mandará para abrir los ojos, para que se conviertan de las tinieblas a
la luz, y de la potestad de satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es
en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados (hechos 26:18).
Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9).
Ciertamente somos humanos y estamos
expuestos a equivocarnos y a cometer errores, pero no lo hagamos deliberadamente,
recordando lo que dice Proverbios 4:18. Más la senda de los justos es como la
luz de la aurora, que va en aumento, hasta que el día es perfecto. Y cuando tu
consciencia te diga que algo no va por buen camino, que no estás haciendo las
cosas de forma correcta; escúchala, es una lámpara de la cual Dios nos dotó para
que escudriñemos lo más profundo de nuestro corazón (Proverbios 20:27).
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